Borracho que confunden con Dios

Un borracho camina con un amigo por la calle y le dice:

- Oye, aquí en la esquina hay una señora que me confunde con Dios.

- No me mienta compadre, ¿cómo es eso?

- Sí socio, si quiere se lo compruebo.

Caminan y llegan a la casa de la señora. El borrachín toca la puerta, sale la señora y le dice:

- ¡Dios mío, usted otra vez!

Cosméticos

Una mujer compró unos cosméticos muy caros pues le dijeron que la harían parecer varios años más joven. Después de ponérselos le preguntó a su esposo:

- Amor, dime la verdad, ¿qué edad aparento?

El marido la miró detenidamente y contestó:

- A juzgar por tu piel, 20 años; por tu pelo, 18; por tu figura, 25.

- ¡Ay, no seas adulador! - exclamó ella complacida.

- Espera, espera, todavía no he sumado.

El Niño Judío

Un papá judío, con la mejor de las intenciones, había enviado a su hijo al colegio más caro de la colectividad Judía. Pese a sus intentos, Samuel no daba pie con bola.

Boleta del primer mes:
Matemáticas:       2
Geografía      :       6
Historia         :       4
Literatura     :       2
Conducta       :       0

Estas espantosas calificaciones se repetían mes a mes, hasta que el papá se canso.

- Samuel, escucha bien lo que te voy a decir, si el próximo mes tus calificaciones y tu comportamiento no mejoran, te voy a mandar a estudiar a un colegio católico. Al mes siguiente las notas de Samuel fueron una tragedia  solo comparable al hundimiento del Titanic y el  padre cumplió con su palabra lo envío al colegio Franciscano con los siguientes resultados:

Boleta del primer mes:
Matemáticas:         9
Geografía      :         8
Historia         :         9
Conducta      :       10
 
Segunda  boleta:
Matemáticas:       10
Geografía      :         9
Historia         :       10
Literatura     :       10
Conducta       :       10
 
El padre sorprendido le pregunto: 

- Samuel, ¿Qué es lo que pasa que te va tan bien  en la escuela?  ¿Cómo ha sucedido este milagro? 

- Desde el primer día me presentaron a todos  los compañeros y a todos los profesores y luego, una tarde, fuimos al templo. Cuando entré vi, a un hombre crucificado,  con clavos en las manos y en los pies, con cara de haber sufrido mucho y todo ensangrentado. Pregunte quien era Él y me respondió un alumno de los cursos superiores:

- 'El era un judío igual que  tú'.

- Entonces me dije: 'Ah caray, a estudiar Samuelito que aquí no se andan con rodeos'

Una ayudadita

3 de la madrugada. Suena el timbre y abre la puerta el señor de la casa. Al abrir se encuentra con un completo desconocido y borracho diciéndole:

-¿Señor no sea malo me ayuda con un empujón? Estoy acá frente a su
casa.

El señor responde indignado:

-¿Pero cómo se atreve a tocar a mi puerta a las 3 am? ¡Yo a usted ni lo
conozco y en tres horas me tengo que levantar para irme a trabajar. No me esté molestando y váyase de mi casa!

El borracho se va muy triste y obediente; el señor regresa a su cuarto,
muy molesto, cuando de repente siente un remordimiento de conciencia y piensa:

-"¿Y si me hubiera pasado a mi y nadie me quisiera ayudar?, ¿si mi carro se quedara en medio de la madrugada y nadie me diera un empujón?"

Decide salir a buscar al muchacho del empujón. Frente a su casa estaba un parque, y como en aquel parque no había más que un farol que fallaba y no iluminaba nada. Decidió gritar:

-¡Heyyyyy! ¿Dónde está el que quiere el empujooooooooón?

Y en eso se oye a lo lejos:

- ¡Por acáaa... en los columpios!