- ¿Cómo es posible eso después de 50 años de Revolución?
Le preguntó Putin a Castro.
Castro, molesto, le contestó:
- ¿Acaso en Rusia estáis mejor?, me gustaría verlo.
- Pues sí, puedes venir conmigo a Rusia y, si encuentras a alguien con los zapatos rotos, te doy permiso para matarlo.
Se subieron al avión y, llegando a Moscú, Fidel vio a un hombre con zapatos rotos. Sacó su pistola y lo mató.
Al día siguiente, el titular del periódico Ruso decía: