Borracho que confunden con Dios
Cosméticos
El Niño Judío
Una ayudadita
-¿Señor no sea malo me ayuda con un empujón? Estoy acá frente a su
casa.
El señor responde indignado:
-¿Pero cómo se atreve a tocar a mi puerta a las 3 am? ¡Yo a usted ni lo
conozco y en tres horas me tengo que levantar para irme a trabajar. No me esté molestando y váyase de mi casa!
El borracho se va muy triste y obediente; el señor regresa a su cuarto,
muy molesto, cuando de repente siente un remordimiento de conciencia y piensa:
-"¿Y si me hubiera pasado a mi y nadie me quisiera ayudar?, ¿si mi carro se quedara en medio de la madrugada y nadie me diera un empujón?"
Decide salir a buscar al muchacho del empujón. Frente a su casa estaba un parque, y como en aquel parque no había más que un farol que fallaba y no iluminaba nada. Decidió gritar:
-¡Heyyyyy! ¿Dónde está el que quiere el empujooooooooón?
Y en eso se oye a lo lejos:
- ¡Por acáaa... en los columpios!
Explorador en el Amazonas
Sargento Pérez
Kung Fu
Licitación
Dos tontos en el estadio
Sucede que Venancio y Manolo quedaron en ir a ver el partido entre Portugal y Brasil.
Manolo le dice a Venancio que se ven del lado de la porteria de Portugal.
Pues total, que cuando comenzo el partido, Venancio se percata de que está en el extremo equivocado (detrás de la portería de Brasil) y empieza a agitar los brazos y a gritar con todas sus fuerzas:
- !EEEH, MANOOOLO, DONDE QUIERA QUE ESTÉS, QUE ESTOY ACA HOMBRE! !MANOLO! !MANOOOLO! ...
!MANOLO, QUE ESTOY ACÁ! ...
En eso, uno tipo que estaba al lado de Venancio va y le dice:
- Venga, que no lo va a escuchar su amigo, mire, si quiere le presto los
binoculares y a ver si encuentra a su amigo ...
- !Hombre, muchas gracias! ... A ver ... (se coloca los binoculares y logra ver a Manolo por allá, entonces, ya más tranquilo, dice) ... eh, Manolo, que soy yo Venancio, Manolo, vente aquí ... ¿me oyes? ... Manolo ...
La impertinente
-¿Cuál es el problema oficial?
-Iba por lo menos a 100 k/h y el límite es de 80.
-¡No oficial! Yo sólo iba a 70.
La esposa interrumpe:
-Vamos, Ricardo, ibas a 110. -El señor mira fulminantemente a su mujer-
-También lo voy a multar por la direccional que tiene rota.
-¿Direccional rota?, no me había dado cuenta, oficial.
-Vamos, Ricardo, desde hace semanas que lo sabes. -El señor vuelve a ver furioso a su mujer-
-Y se merece otra multa por no traer el cinturón de seguridad.
-Pero oficial, apenas me lo quité cuando usted me detuvo.
-Vamos, Ricardo, tú nunca te pones el cinturón.
El señor le dice a su esposa:
-¡Ya cierra el pico!!!
Entonces el oficial le dice a la señora:
-Oiga, ¿su marido siempre le habla en ese tono?
-No, sólo cuando está borracho