En un vuelo comercial el capitán conecta el micrófono y comienza a hablar a los pasajeros:
- Buen día señores pasajeros, en este momento nos encontramos a 40,000 pies de altura y sobrevolando la ciudad de... ¡oohhh, Dios mío!
Los pasajeros escuchan un grito pavoroso, seguido de un silencio que les parece eterno.
Segundos después se vuelve a oir en los parlates (bocinas) al capitán riendo:
- Disculpen la interrupción señores pasajeros, se me cayó una taza de café encima, no se imaginan cómo quedó mi pantalón.
Uno de los pasajeros del fondo le grita:
- ¡Tú no te imaginas cómo quedó el mío, infeliz!